PERFIL PSICOSOCIAL DEL DROGADICTO, CONSECUENCIAS Y CENTROS DE APOYO
Hoy en día el uso de sustancias psicoadictivas representa un
grave problema de salud pública, el cual se acentúa por lo difícil del
tratamiento y lo complejo que es el proceso de rehabilitación. Según Yablonsky,
quien ha investigado en esta área por más de 35 años, el drogodependiente niega
que esté en dificultades con la sustancia psicoactiva (ilusión de control);
también la familia trata de esconder las dificultades; inicialmente aferrándose
a la idea de que su familiar no es un drogodependiente pero paulatinamente con
el aumento de conflictos, por la destrucción y ruptura de la relación de
confianza que frecuentemente, y a veces de modo irreversible, hará incompatible
la comunicación o la actuación. El evento más sistemático es que el drogadicto
se miente así mismo” se droga para prometerse que no volverá a drogarse”. Y
cuando acepta en algo sus dificultades frente a la sustancia, comienza a
responsabilizar a los demás de sus problemas (victimismo). Otro evento consiste
en manipular o chantajear a sus familiares pues sabe cuáles son los puntos
débiles de cada uno, y esto lo hace para obtener lo que desea o sentir menos
culpa. El drogodependiente sólo tiene una idea en la cabeza y ella es: ¿cómo y
cuándo consumiré de nuevo? Varios autores llaman “compulsión” a este deseo
irresistible.
Las consecuencias del abuso de drogas pueden ser las
siguientes:
- Trastornos fisiológicos y psicológicos: entre los trastornos fisiológicos convulsiones, cambios en el ritmo cardiaco, deterioro del sistema nervioso central, etc. Entre los trastornos psicológicos tenemos: alucinaciones, tendencias paranoicas, depresión, neurosis, etc.
- Deterioro y debilitamiento de la voluntad: el drogadicto se vuelve literalmente un esclavo del consumo de la droga, pudiendo llegar hacer lo que sea para conseguirla.
- Deterioro de las relaciones personales: el drogadicto ya no es capaz de mantener su estabilidad ni vínculos saludables, ya sea con familiares o amigos. Muchas veces roba o engaña para poder conseguir droga, lo cual deteriora aún más la confianza y el contacto en sus relaciones afectivas.
- Bajo del rendimiento en el trabajo o en el estudio. Se llega al grado de abandonar metas y planes, recurriendo a la droga como única "solución".
- Consecuencias sociales: el drogadicto puede verse involucrado en agresiones o conflictos violentos por la pérdida de asertividad. Bajo la influencia de la droga se puede llegar a delinquir o cometer crímenes tales como robos o asesinatos.
- Consecuencias económicas: El uso de drogas puede llegar a ser muy caro, llevando al drogadicto a destinar todo su patrimonio y recursos para mantener el consumo.
Estas circunstancias le separan hasta dejar de lado a su
familia y trabajo haciendo de las sustancias legales o ilegales su prioridad,
no pudiendo seguir un autocontrol, conduciéndose a tener sustanciales pérdidas
económicas y emocionales. Es en este punto donde entran los Centros de
Rehabilitación. Cuando un Drogadicto reconoce la adversidad de las drogas y la
dificultad autónoma para aplicar un cambio en su vida, el recurso de asistencia
más adecuado es un Centro de Rehabilitación.
El objetivo principal de estas instituciones se encuentra
focalizado en la restauración y crecimiento personal del paciente. Lo
primordial en estos casos es que individualmente desarrolle una personalidad
segura e independiente capaz de tomar decisiones conscientes en una vida
satisfactoria y plena sin droga, además de ser capaz de fomentar todas sus
habilidades sociales. Los tipos de terapia y tratamientos están orientados al
paciente según los fines de cada institución y en cada centro se cuenta con
distintas infraestructuras, personal e instalaciones para estos propósitos.
Así como cada centro es diferente también lo son las
personas que ayudan a la recuperación particular de cada enfermo; en el caso de
los centros AA (Alcohólicos Anónimos) las mismas personas que han encontrado la
rehabilitación en este centro son las que ayudan a los nuevos ingresos a llevar
a cabo su recuperación a través de compartir las experiencias que les ha dejado
el llevar una vida apegada a las drogas. Cabe mencionar que en estos centros no
se cobra por los servicios ya sea que se interne al paciente o solo asista a
reuniones.
Normalmente la economía de estos centros está basada en
cooperaciones voluntarias del paciente o de los familiares de este. Por otro
lado, hay centros donde se cobra la estancia del paciente en algún tipo de
mensualidad o pago durante la estancia del paciente. En estos centros se ayuda
a la rehabilitación igualmente por medio del ejemplo vital y testimonio real de
la gente que ya ha sido tratada anteriormente. Lo más importante es que cuentan
con la actividad de personal profesional, es decir trabajadores sociales,
terapeutas, psicólogos, médicos y enfermeras. En cualquiera de los dos casos el
tratamiento para la adicción consiste en una serie de intervenciones y el
constante monitoreo de soporte con el paciente, para así promover en el día a
día una mejor calidad de vida.
No se ha de olvidar que el paciente es un ser humano con
distintas vivencias y necesidades, por esta razón lo ideal en los tratamientos
sería llevar un seguimiento peculiar y personalizado. La consulta inicial, la
evaluación, el diagnóstico, la intervención y el tratamiento en sí mismos son
partes de un proceso que no está fracturado en etapas sino que forma parte de
un continuo de atención y cuidados. Comprender esta realidad es importante para
poder tomar las decisiones pertinentes en cada momento del proceso. Existen
otros tres grandes tratamientos diferentes además de los centros de
rehabilitación
- Ambulatorios: Estos tratamientos son para adolescentes y adultos debiendo concurrir pocas veces a la semana dividiéndose en: Grupo terapéutico, Grupo Multifamiliar y Grupo de proyecto de fin de semana.
- Centros de día:. Los pacientes son divididos en grupos teniendo que ir al centro en la semana. Allí reciben un apoyo terapéutico, realizando diferentes actividades, desde talleres hasta charlas.
- Grupo autoayuda: Son los casos que no pueden o no quieren ingresar en los otros grupos. Van pocas veces por semana y generalmente son dirigidos por operadores que fueron adictos, bajo el control de los especialistas del centro.
Es importante tomar en cuenta que cada paciente tiene un
tiempo de recuperación, la función primordial de los centros es la reinserción
social del paciente en un entorno y ambiente saludable. En el caso de los
familiares es recomendable que también asistan y participen en la
rehabilitación ya que esta enfermedad no es solo del paciente en todos los
casos sino de índole familiar jurídicamente. A estos también se les pide que
cooperen de forma fluida y coordinada en la convivencia con el paciente para
ayudarle a superar y eliminar resortes de su adicción.
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